martes, 31 de agosto de 2010

Carta para aquel amigo que sufre en silencio

Alguien exulta de júbilo, al mismo tiempo que otro padece la más destructiva atrocidad.
Una semilla germina en un milagroso brote de vida, mientras que un árbol despide melancólico a sus hojas marchitas, posándose estas sobre el húmedo suelo, del revés, de espaldas al cielo.

Tus amigos, padres y hermanos te mantendrán a salvo, resistirás estoicamente ante la fatal fortuna, pues lo que no acaba contigo te hará más fuerte y sabio. A escasos centímetros de la espinosa e infernal realidad, no repararán en regalarte su sabia, que fluirá por tu cuerpo eliminando a tus enemigos internos, obtendrás tu merecido consuelo.

La carretera que choca contra el majestuoso océano, la roca que lentamente erosiona su cálida superficie ante el susurro de Eolo. Como aquella aguantarás, como un héroe de corazón puro.

El tiempo no perdona, péndulo oscilante que dicta nuestra sentencia, no por ello perderás tu esencia.

Aunque te despojen de parte de tu ser, redimirás tu dolor, y todos tus recuerdos y alegrías te volverán a corresponder.

Aquello trascendente es lo que menos valoramos, siempre ansiamos algo externo que se avecine, cuando realmente si algo falla en nuestro interior estamos perdidos.

Cuán superfluo es el sol cuando una rosa sufre como sus pétalos emigran hacia algún paraje en el que finalmente en polvo tornarán.

El agua pura y limpia caerá de las nubes más negras del lugar, no conseguirá triunfo el mal.

La sonrisa puede a la desdicha.

Serás libre de nuevo, como el ave que rompe la prisión de su huevo.
Volando hacia el futuro, rumor de buenas nuevas por teléfono, sentirte al fin seguro.
La música te cautivará con corales cantos de esperanza, devolverá a tus tímpanos el armonioso bien sonoro, de la misma manera que el alquimista transforma lo inútil en preciado oro.

Luz sobre las tinieblas, iluminadas por el fuego que cada uno de nosotros prenderemos en nuestro interior, hasta calcinar nuestras entrañas, no nos detendremos hasta que cese tu dolor.

Demuestra a los débiles que uno se puede levantar desde un abismo tan profundo, que inmerso en aquella espiral de desgracia se erige el hombre más fecundo.


Post-Data: Todo va a salir bien. Todo va a salir bien. Todo va a salir bien. Sé fuerte, por favor, créelo.

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